La inseguridad en nuestro país, ha ido escalando a
niveles que al día de hoy, son realmente alarmantes afectando las actividades
diarias de las personas en su vida, su patrimonio, su libertad y su salud.
La inseguridad en nuestro país, ha ido escalando a
niveles que al día de hoy, son realmente alarmantes afectando las actividades
diarias de las personas en su vida, su patrimonio, su libertad y su salud.
Debido a la alta cifra de delitos que se comenten
todos los días y el ambiente de inseguridad que se genera a consecuencia de
estos hechos, tanto la sociedad como el gobierno deben asumir una serie de
costos asociados a este flagelo.
El mismo estudio del CEESP, alerta que de no
controlarse la delincuencia, el riesgo de que el país caiga en un círculo
vicioso de mayor desigualdad y pobreza que conduzca ineludiblemente a un mayor
nivel de criminalidad, aumenta peligrosamente.
Por su parte, el Instituto de Estudios Ciudadanos
Sobre la Seguridad (ICESI), presentó en febrero de este año, un estudio que
revela cuánto ha impactado el crimen en los flujos de inversión nacionales.
A continuación te mostramos algunos datos de este
alarmante fenómeno que sin duda pega en diferentes ámbitos, como el económico y
el social, entre los de mayor relevancia.
1. El impacto
económico en el gasto público para prevenir y combatir los delitos, se calculó
a partir de tres factores fundamentales: Monto de la inversión anual
gubernamental que se destina para atender el problema; El impacto que la
inseguridad tiene entre víctimas y victimarios y que los puede convertir en
personas improductivas y una estimación del gasto indirecto originado por el
temor a ser víctima de un delito.
2. De acuerdo con
el estudio presentado por el CEESP, algunos de los costos relacionados con la
inseguridad se presentan no solamente en el momento en que las actividades
delictivas son realizadas, sino antes y después de este momento. Con lo que
viene a echar abajo algunos análisis de costos asociados a la inseguridad, que
sólo consideran las pérdidas económicas generadas en el momento que el delito
se comete.
3. Entre los gastos
que se estiman previos y posteriores a haber sido víctima de la delincuencia se
consideran la contratación de seguros, colocación de alarmas, vigilancia
privada en calles y colonias, construcción de bardas o rejas con sistemas de
seguridad, adquisición de perros guardianes, comprar accesorios para aumentar
la seguridad de los automóviles, colocar mejores cerraduras en las casas e
implementar medidas conjuntas con los vecinos para aumentar la seguridad en las
colonias.
4. Dentro de los diferentes
tipos de delito el robo es el que mayor incidencia tiene y el que más costos
provoca, generando un importante impacto en el PIB nacional. Por otra parte, la
denuncia es el mecanismo que se debe promover entre la gente pues un gran
porcentaje de víctimas no la realiza (más del 50%) por temor y otros factores,
lo cual impide tener una radiografía real de los costos que el crimen genera en
nuestro país.
5. A pesar de la
dificultad para realizar estudios que muestren datos muy certeros, el ICESI
logró presentar un reporte muy puntual donde se muestra que el gasto público en
seguridad ha sido más significativo y que el impacto económico de la
criminalidad no ha cedido durante los últimos años.
6. Asimismo se
llega a la conclusión de que una mayor inyección de recursos del gasto público
en las instituciones correspondientes derivará en mejores condiciones de
seguridad, mientras que el CEESP indica que además de representar una pérdida
para los afectados, la inseguridad actúa como un impuesto expropiatorio que
afecta la asignación de recursos y deteriora el estado de derecho.
7. Y Finalmente el
CEESP aclara que aún cuando pudieran corregirse algunos de los supuestos
planteados para la realización de su reporte y se incluyeran variables que no
se tomaron en cuenta, el estudio sirve como una buena base para visualizar el
alto costo en bienestar social que representa la inseguridad.
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